Casos de éxito: granza de Liasa

Casos de éxito: granza de Liasa

La empresa algodonera Liasa, con sede en La Selva del Camp (Tarragona), ya es un caso de éxito en sí misma, porque cumplir más de un siglo de historia superando una guerra, tres transiciones familiares y las sucesivas crisis que ha sufrido el textil, no puede ser una casualidad. Y, quizás, esta misma visión de negocio, aptitud para la gestión empresarial y la tenacidad que ha consolidado la firma en el negocio de la fabricación de cordones, cintas e hilo de polipropileno, sea el motor que ha movido a la saga familiar que dirige el negocio a evolucionar con los tiempos y desarrollar nuevos procesos innovadores para adaptarse a las nuevas exigencias del mercado.

 

Este espíritu empresarial provocó que la Dirección, conscientes de que en el proceso productivo se generaba un residuo cuya eliminación suponía un coste considerable, pensaran que, quizá, podría ser aprovechado como materia prima de otra factoría. A partir de esta idea, en colaboración con la empresa NG Plastics y la participación del Clúster Packaging y de la AEI Textils, desarrollaron un proyecto de economía circular innovador en Cataluña que introducía en el mercado un nuevo producto plástico elaborado con un subproducto que hasta ahora era rechazado.

 

El proyecto, cofinanciado por la Agencia de Residuos de Cataluña, dio sus primeros pasos en enero de 2019 y finalizó el 30 de marzo de 2021.

 

La primera tarea consistió en la separación y selección del residuo resultante de la extrusión de hilo de polipropileno de la empresa Liasa, para luego pasar por un proceso de transformación que lo convierte en granza —formato de materia prima plástica—, para ser utilizada en la extrusión de plástico con los requisitos necesarios para que la empresa NG Plastics, fabricante de packaging plástico para diversos sectores, lo utilizara como materia prima y produjera nuevos envases con una calidad y características iguales a las conseguidas con material virgen. El resultado ha sido una parte de un tapón de botella de cava, obtenida mediante proceso de inyección.

 

Además, con el objetivo de determinar el impacto ambiental del proceso, el centro tecnológico Eurecat ha realizado un análisis de ciclo de vida (ACV) considerando también los procedimientos de trituración y extrusión para transformarlos. El resultado del estudio determinó que por cada kg de hilo de polipropileno reciclado se evita la emisión de 1,11 kg de CO2 equivalentes. Con la previsión de que NG Plastics produzca 5 millones de unidades de tapones al año utilizando granza reciclada, se logrará un ahorro de 36,5 toneladas de materia prima virgen y una reducción de la huella ambiental de más de 40,5 toneladas de emisiones de CO2 equivalente.

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